Mensen Ernst (1795–1843) nació en Fresvik, Noruega. Se ganaba la vida apostando a que sería capaz de correr largas distancias en poco tiempo. Hace casi 200 años este noruego consiguió cosas que todavía hoy nos hacen palidecer.
PARIS – MOSCU
EN 1832 Mensen Ernst planeó un reto increíble, correr desde Paris a Moscú en solo 15 días y por supuesto apostó una fuerte cantidad a que lo conseguiría. Salió de Paris a las 4am del 11 de Junio (el 20 aniversario de la desastrosa marcha de Napoleón Bonaparte sobre Moscú). Recorrió 2.500 km en 14 días a una increíble media de 175km diarios.
Ernst fue recibido como un héroe en Moscú pero solo después de que pudiera acreditar su identidad. Llegó un día antes de lo esperado y en un estado tan lamentable que en un principio fue tomado por un mendigo. Se convirtió en la atracción del momento y durante días fue agasajado por la alta sociedad rusa (Zar Nicolas I incluido) con banquetes y recepciones.
Por conseguir esta hazaña, Ernst ganó 4.000 francos solo en apuestas.
CONSTANTINOPLA – CALCUTA
En un viaje posterior recorrió a pie la distancia entre Constantinopla (Estambul) y Calcuta. Empleó 59 días a una media de 140 km diarios. Si recordamos que estamos en la primera mitad del siglo XIX, temblamos al pensar en los territorios que atravesó, sin apoyo logístico y con un material prehistórico si lo comparamos con el actual.
EL ULTIMO RETO
Su último viaje comenzó en Bad Muskau (Alemania),y lo llevó hasta Jerusalén y el Cairo. Desde allí prosiguió para remontar el Nilo con la intención de encontrar sus fuentes que todavía no habían sido descubiertas. Murió enfermo de disentería en Enero de 1843 en la frontera entre Egipto y Sudán. Allí permanece enterrado en los terrenos inundados hoy en día por la famosa presa de Asuan.